lunes, 21 de mayo de 2012

PARADISE LOST - Tragic Idol (2012)




Century Media - 2012




Hoy toca hablar del nuevo disco de PARADISE LOST. Y ya os aviso desde un principio que no voy a ser nada objetivo respecto a lo que vaya a decir seguidamente. Imposible. Y no puedo serlo por la simple razón de que es una de esas bandas fetiche que a uno le tienen ganado el corazón, y que te acompañan durante la vida, tanto en los buenos como en los malos momentos. Así que contra mi, es un grupo que juega con ventaja, qué le vamos a hacer. Por suerte somos muchos los que religiosamente esperamos cada nueva entrega discográfica de los ingleses, que para bien o para mal, eso ya lo dejo al gusto del consumidor, siempre nos sorprenden.

El culpable de que PARADISE LOST sean lo que son, y que no hayan publicado nunca dos discos iguales, no es otro que el señor Gregor Mackintosh, que en su particular forma de entender la música, no sólo es capaz de engendrar a la criatura mastodóntica que es PARADISE LOST, sino a todo un género musical, Gothic Metal, así como quien no quiere la cosa. Supo sintetizar a la perfección el rock gótico de THE SISTERS OF MERCY o FIELDS OF THE NEPHILIM con el sonido más metálico.

Desde el Death/Doom cavernario de su debut Lost Paradise (1990) ha llovido mucho, y no siempre a gusto de todos. Muchos fans de la old-school se sentían traicionados por el cambio de rumbo y la deriva de un sonido inicialmente duro y pesado, que iba cediendo paulatinamente el terreno a melodías más accesibles y a un predominio de los sintetizadores, y que daría como punto de inflexión el controvertido Host (1999) más cerca de los postulados del Synth-pop, oscuro, eso sí, que de los riffs pesados del Metal. Pero centrándonos en la última etapa de la banda, que para un servidor tendría como inicio su fichaje por el sello Century Media, la publicación de su genial In Requiem (2007) supuso toda una declaración de intenciones con un endurecimiento de su sonido y una aparente vuelta a la etapa clásica de la banda. Su continuador Faith Divide Us, Death Unites Us (2009) no hizo más que ratificar la deriva metálica para gozo de sus fans de toda la vida, que volvieron a reconciliarse con nuestros queridos gentlemen.

Desde que me enteré de la noticia de que PARADISE LOST sacaban nuevo disco el 2012, me he pasado todo este tiempo frotándome las manos como impaciente mosca ante un banquete de rica mierda. Y después de una larga espera, al fin ya puedo tomar asiento con el resto de comensales, a desmenuzar las piezas, y a degustar este manjar sonoro que es Tragic Idol (2012). Ya estoy salivando.

Con “Solitary One”, PARADISE LOST nos dan la bienvenida. Escuchamos las primeras notas, oscuras, opresivas, y una minimalista y decadente melodía de teclado, y al instante ya tenemos claro que la bienvenida no es nada calurosa, ni falta que hace. Pero es al arrancarse el nigromante Mackintosh con  su melodía de guitarra cuando tu cuerpo ya empieza a sentir que algo se remueve ahí dentro. Instintivamente me echo las manos a las pelotas porque algo me dice que Nick Holmes va a hacer acto de presencia en cualquier momento. Y efectivamente, el mítico cantante rubiales aparece furioso como hacía tiempo que no se le escuchaba, como si intentara exorcizarse de todos sus males a la vez que nos propina una buena patada en los bajos -menos mal que he sido precavido-. “Crucify” sigue en el mismo camino de la anterior, haciendo gala de una rabia y melodía contenidas perfectamente calculadas. Parece como si PARADISE LOST hubieran podido rescatar la fórmula de su mejor etapa, la de los maravillosos Gothic (1991), Shades Of God (1992), Icon (1993) y Draconian Times (1995). Ya me empieza a asomar la lagrimilla.

Pero esperad que aún no está todo dicho, porque con “Fear Of Impending Hell” vamos a uno de los momentos álgidos de Tragic Idol. Una auténtica joya, no sólo de este álbum, me atrevería a decir que de toda la discografía de los ingleses. Un tema más melódico, en comparación a lo que veníamos escuchando hasta ahora, pero donde los dotes compositivos del maestro Mackintosh salen a relucir una vez más, incluyendo uno de sus clásicos solos, que acaba convirtiendo lo que inicialmente era lagrimilla en llanto de felicidad. “Honesty In Death” es otro tema genial, con un magnífico estribillo para poder cantarlo a pleno pulmón en los conciertos, seguro que no va a faltar a partir de ahora en todas sus giras. Continuamos para bingo.

El poderío riffero continúa sin cesar ni un solo segundo con “Theories From Another World”, “In This We Dwell” y “To The Darkness” alternando con maestría las melodías góticas que por momentos me recuerdan al Draconian Times y las cabalgadas metálicas cruje-cervicales. Estamos posiblemente ante los momentos más heavies del disco. Pero antes de que esto llegue a su fin, tenemos que pasar por dos temas más melódicos como son “Tragic Idol”, muy en la onda One Second (1997) pero con el sonido PARADISE LOST actual, lo cuál le hace ganar fuerza y empaque; y el que para mi es el momento más bajo de Tragic Idol, “Worth Fighting For”. Para ser sincero, no me acaba de entrar del todo esta canción, sin ser mala, ojo, no acaba de encajar con el resto de temas del álbum. Y para terminar con este suculento banquete, nada mejor que “The Glorious End”, que suena a Icon que da gusto, y que haciendo honor a su nombre nos regala una monumental despedida, de las que inevitablemente hacen volverte y mirar atrás mientras te vas alejando, todo esperando que llegue el momento de revivir el viaje.

No se puede pedir más. El señor Mackintosh y sus muchachos nos han sorprendido de nuevo, y creo que hay acuerdo unánime entre la parroquia, de que la sorpresa hay sido muy grata. Un disco a la altura de sus álbumes clásicos de la primera mitad de los 90. Unos PARADISE LOST en estado de gracia compositiva.

Puntuación: 9

Tracklist:

2. Crucify
5. Theories From Another World
6. In This We Dwell
7. To The Darkness
8. Tragic Idol
9. Worth Fighting For
10. The Glorious End










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